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Construyendo mi propósito

Una de las características que nos destaca como seres humanos es la búsqueda de un propósito para nuestra vida. Múltiples investigaciones apuntan a que existe una correlación entre tener un propósito y el ser más centrado, creativo, saludable y resiliente, pero, ¿cómo encontrar un trabajo así? y ¿qué pasa cuando al buscar un propósito nos encontramos con más ansiedad que con ganas de darle un sentido a nuestra vida?

Para empezar…  ¿Qué estamos buscando? 

Posiblemente nuestra propia actitud hacia los retos y desafíos pueda aumentar las posibilidades de finalmente encontrar un sentido de propósito a nuestra vida y trabajo. Es útil saber lo que estamos buscando para lograr reconocerlo cuando lo encontremos.

El propósito es una parte de lo que da sentido a nuestras vidas. Emily Esfahani Smith, editora de la Institución Hoover de la Universidad de Stanford, viajó por todo el mundo para estudiar y reunir lo que ella llama los cuatro pilares del significado: pertenencia, propósito, contar historias y trascendencia. Los estudios de Smith apuntan a lo que le da a la mayoría de las personas un sentido de propósito es la sensación de que sus talentos están contribuyendo al bienestar de los demás – que sus esfuerzos están haciendo una diferencia significativa en las vidas de otros seres humanos.

¿Qué es lo que acompaña la persecución de un propósito?

Para muchos de nosotros, el propósito es evasivo. Cuando buscamos un propósito, hay indicadores que muestran que perseguirlo induce a una sensación de ansiedad, y mientras más ansiosos estemos, más difícil será lograr nuestros objetivos. Tal vez la ansiedad para algunas personas deriva de conceptos erróneos de qué es un propósito o qué debería ser. Existen dos mitos que inducen a la ansiedad o conceptos erróneos de propósito:

Mito 1: El propósito es fijo o alcanzable.

El sentido del propósito de algunas personas cambia y evoluciona con el tiempo y con más experiencia y más perspectiva. Es en esa exploración y descubrimiento de un nuevo propósito que podemos sentirnos ansiosos. 

Mito 2: El propósito es grande o grandioso.

Algunas personas escuchan la palabra “propósito” y piensan “gran vocación”. Como Smith señala: “También puedes encontrar un propósito para ser un buen padre para tus hijos, creando un ambiente más alegre en tu oficina. o haciendo la vida de una jirafa más agradable “.


¿Qué hacer entonces?

Una mentalidad diferente y un conjunto de acciones pueden ayudarnos a reducir la ansiedad, amplificar la curiosidad y aumentar las posibilidades de vivir y trabajar con un propósito:

1.     El propósito viene del auto-conocimiento.

2.     El propósito es algo que debe probarse y formarse en lugar de encontrarse y darse.

3.     El propósito viene de cómo manejamos retos.

PI Asesoría

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