Existen conceptos erróneos sobre lo que significa hablar con un profesional de la salud mental, pero esta es la realidad: la terapia es una herramienta increíblemente útil que ayuda a una variedad de problemas, desde la ansiedad hasta el sueño, las relaciones y el trauma.
Te presentamos algunas razones por las que deberías probar ir a terapia:
1. Estás experimentando cambios de humor inesperados.
Si te das cuenta que últimamente tienes un estado de ánimo o un proceso de pensamiento más negativo, y es persistente, valdría la pena hablar con alguien.
2. Estás experimentando un gran cambio.
Esto podría ser por una nueva carrera, por mudarte a una ciudad diferente, cambiar de trabajo o porque dejaste una relación, entre otras situaciones de cambio.
La terapia también implica el desarrollo de habilidades y estrategias para reducir o controlar los factores de estrés que experimentamos al momento de salir de nuestra zona de confort.
3. Tienes pensamientos tóxicos.
Los pensamientos negativos se pueden trabajar con la ayuda de un profesional. Si los has experimentado, además de un psicólogo, es importante que busques ayuda de personas cercanas a las que les tengas confianza, como lo son familiares o amigos.
4. Te estás retirando de cosas que solían darte alegría.
Una pérdida de motivación podría indicar que algo está pasando. Si normalmente eres una mariposa social y de repente te estás alejando de tu liga deportiva semanal, tal vez podrías estar experimentando algo más profundo. Un terapeuta está entrenado para ayudarte a descubrir por qué podría estar ocurriendo esto.
5. Te sientes aislado o solo.
Hay muchas personas que se sienten solas o incomprendidas y que son singulares al lidiar con su experiencia. La terapia grupal podría ayudar con esto o el tener a un profesional que reconozca la validez de tus emociones.
6. Estás usando una sustancia para lidiar con problemas en tu vida.
Si te encuentras recurriendo a las drogas o al alcohol como una forma de lidiar con lo que está sucediendo en tu vida, puede ser hora de tender la mano. Ir a terapia les permite a las personas obtener el conocimiento necesario para abordar completamente su enfermedad.
7. Sientes que has perdido el control.
Podría pasar que sientes que la vida se está pasando muy rápido, o que tomas malas decisiones, tienes conductas inapropiadas o que hay cosas fuera de tu control que se te dificultan aceptar. Un terapeuta puede ayudar a orientarte y a descubrir herramientas para salir adelante.
8. Tus relaciones se sienten tensas.
Las relaciones son un trabajo duro. Si tienes problemas, la terapia puede ayudarte a explorar mejores formas de comunicarte y cualquier otro problema que parezca surgir. La terapia de pareja incluso puede ser beneficiosa aun si tu pareja duda y no termina asistiendo a la sesión.
9. Tus patrones de sueño son irregulares.
Un síntoma clave de la depresión incluye una alteración en el sueño, ya sea el dormir muy poco o demasiado. Si has notado algún cambio significativo, podría ser el momento de investigar qué hay detrás de eso.
10. Sientes que necesitas hablar con alguien.
En pocas palabras: no hay nada de malo en buscar ayuda profesional para cualquier problema de salud, incluida la salud mental. Para decirlo como lo hizo una vez la actriz Kerry Washington, “voy al dentista. Entonces, ¿por qué no iría con un psiquiatra?”. La terapia es una experiencia perfectamente normal y valiosa que funciona en beneficio de muchas personas.